Lentamente, las horas van pasando y la
lluvia amarilla va borrando la sombra
del tejado de Bescós y el círculo infinito
de la luna. Es la misma de todos los
otoños. La misma que sepulta las casas y
las tumbas...........
Nos vamos, hasta Olivan para tomar el sendero que va a Bergusa y continua hasta Ainielle.
Encontramos el bosque en una maravillosa explosión de color, os dejamos unos fotos para que lo disfrutéis con nosotros.
Ahora nos vamos, pero volveremos pronto con el relato de una nueva excursión.
¡¡ Hasta la próxima!!